Línea

Aquí me bajan línea, aquí me bajan la línea. Se siente bien, se siente una sutil corriente eléctrica que corre de la corona al corazón y vive, da vida y deja ver el interior.

Aquí me bajan la línea y como un cable me limpio para cada vez bajar energía más sutil y de vibración más alta.

Aquí me bajan línea y amo de donde viene la línea, amo la fuente divina que vibra más alto de lo que cualquiera de nosotros humanos puede imaginar. Pero te la dan a probar y te dicen: eres parte de mi.

Aquí me bajan línea y la gama de colores cada vez es mayor y más poderosa, cada vez es más hermosa, cada vez es más pura y real.

Aquí me bajan la línea y veo los que me acompañan, muchas razas, muchas galaxias, muchas estrellas y todos trabajamos en conjunta intención para la iluminación y la consciente expresión.

Aquí me bajan línea y cuando estoy con ella me la bajan aún más fuerte. Ella abre mi corazón y el ojo interno percibe lo de dentro tan claro, en el oído tan basto, en los cuerpos la sensación tan flor.

¡Claridad! para actuar, para ser y manifestar el viaje del alma.

Disfrute de esta claridad terrenal que se compone de algo nuevo y cierto. De consciencia expandida después de transmutar las barreras de prejuicios, de resolver los paradigmas, de aprender y botar el residuo.

Aquí me bajan la línea y se los comparto.

me gusta la melancolía

La melancolía se sostiene en el sol de la mañana, y mañana de día, que de sentirse se plasma en el corazón y, suave, mece la frente con los ojos cerrados. Es brillo que apenas empieza a deslumbrar, del mañana que siempre será mañana, no hoy sino mañana, no ahora sino mañana y al ser mañana nunca es hoy; y de ahí se agarra esta melancolía, de saber, de disfrutar un esperar de algo que no vivió, de algo que no vendrá, y ese queda en el pensamiento, en el exacto momento, en el no me importa.

Día y día, y hoy no es mañana otra vez. Y una sonrisa ya perenne de saber que no es mañana, de sentirse a uno mismo día con día y no mañana, y el romance en el aire, y en los ojos planos, con lágrima que no sale, que sostiene siempre una octava abajo, que crece de decir yo soy yo, yo soy hoy y no mañana y me gusta la melancolía.

Y qué si sigo

Y qué si me enojo

Y qué si me gusta

Y qué si me ven

Y qué si me escuchan

Y qué si salpico

Y qué si me duele

Y qué si me tardo

Y qué si me equivoco

Y qué si me caigo

Y qué si provoco

Y qué si sacudo

Y qué si lo intento

Y qué si lo huelo

Y qué si lo busco

Y qué si lo encuentro

Y qué si confundo

Y qué si me aviento

Y qué si repito

Y qué si lo grito

Y qué si  planeo

Y qué si mejor lo evito

Y qué si lo enfrento

Y qué si lo miro

Y qué si lo toco

Y qué si lo acaricio

Y qué si lo ahorco

Y qué si lo pico

Y qué si lo acepto

Y qué si confío

Y qué si lo creo

Y qué si lo río

Y qué si lo pruebo

Y que si lo veo

Y qué si lo borro

Y qué si lo repito

Y qué si lo escribo

Y qué si lo camino

Y qué si lo disfruto

Y qué si me divierto

Y qué si juego

Y qué si me lastimo

Y qué si aprendo

Y qué si termino

Y qué si me fundo

Y qué si vuelo

Y qué si quiero

Y qué si lo dejo abierto

Y qué si tratamos

Y qué si platicamos

Y qué si llegamos

Y qué si lo logramos

Y qué si nos besamos

Y qué si despertamos

Y qué si nos unimos

Y qué si nos juntamos

Y qué si nos entrelazamos

Faurtretrt

A veces solamente volar, entonces vuelo, veo todo desde la cima, desde arriba, y cuando encuentro un suelo tierroso de piedra, me dejo caer, acelero la caída y en el último instante me envuelvo en mi cuerpo, rompo el suelo, entro y puedo flotar en el mundo subterráneo, de agua, de aletas, ojos con membranas, de sonares y chirridos de mamíferos acuáticos dioses. Y ahí sumergido rompo a llorar, pero las lágrimas no se distinguen dentro de agua y entonces paro de llorar, y tampoco se nota si dejan de salir lágrimas. Un observador podría, al ver gestos, asumir que lloro o que río, y que de reir o llorar paro, pero siempre sabe que reílloré sumergido en el agua, en su mundo uno de respiros profundos, de nutrir la evolución en los reinos.

La estopa que rodeaba el rostro del muchacho estaba vieja, usada; ¡para la basura!

Él, se la tragaba por las narices y me miraba fijamente, perdido en mis ojos, y yo, en su mirada ajena, pura…

Y aquí estoy, donde comencé

Y aquí estoy, donde comencé.

Después de ingerir aquella sustancia, mi cerebro comenzó a funcionar de un modo totalmente distinto. Contaba con aptitudes comunes y corrientes, podía patear un balón jugando al soccer, también sumar y multiplicar al momento de hacer pagos en la tienda de la esquina. Lo diferente estribaba en la manera de ver las cosas… literalmente. De un momento a otro, sin ser muy abrupta la evolución,  empecé a ver auras de colores alrededor de algunos objetos. La confusión ofuscaba mi mente justo al comienzo del cambio. No prestaba atención a nada que no fuera un brillo color magenta, verde, azul celeste o cualquier otro que pudiera presentarse.

blanco

Escribo que la vida se va a acabar cuando yo lo decida, escribo que la vida vale por sí misma, habla por sí misma, en su fuerza, en su impacto en los sentidos que ya son suficientes, en su intensidad.

Escribo que la vista está en todos lados, en todos tiempos, que los sonidos no paran de escucharse, que la tierra se siente por definición.

Pues yo escribo que no es cierto, yo escribo que no se siente nada, que no se ve nada y que la vida se acaba desde que amanece, que la vida se acabó tres años antes de mi nacimiento, de éste nacimiento, que la vida no se vive a menos que uno sea un pelmazo.

Escribo, esa es la vida mi hermano, el no querer vivirla también es la vida.

Pues yo escribo todo lo contrario, todo lo que tú no creas, todo lo que tú no vivas.

Escribo, en la vida que es estás tú, estas tu concebido en la vida, en la vida concibieron y por eso eres.

Pues yo escribo que estás perdido, que estar perdido es lo más fascinante y mágico que existe, que estar perdido es llegar al límite de lo ilusorio, llegar al límite de lo fantástico, llegar al límite del entendimiento y no poder decir nada en el océano infinito.

Escribo, pues yo escribo, que el todo y la nada son conceptos ilusorios, como el teclado, como mis manos (herramientas hipnotizantes), pues yo escribo, escribo contigo, que las uñas de los pies son tan lindas como los pies, escribo pues yo escribo, que hoy vi un ser muy blanco de plenitud, de aquella constelación, pues yo escribo que no lo vi aunque podría describirlo, pues yo escribo que lo vi y te permito describirlo, yo lo escuche, yo lo sentí, ¿y ustedes quiénes son?, somos más, mucho más, infinitos en ti que no es ti, sino nosotros infinitos. Blanco, alargado, ojos grandes, muy grandes, aroma puro, manos fuertes y delgadas, ojos de pura calma, de puro sosiego de todo lo que necesito. Yo lo vi, yo lo sentí, yo platiqué con él, yo te quiero, lo veo, lo abracé, no, me abrazó, fueron los dos, a mí también, ¿a ti?, nos ama, es nosotros, es todos nosotros, tal vez eso no importa sino que somos todos él, no es él, él está ya fundido, no está individualizado, lo amamos, lo queremos, somos, es él, sí, todos, todos juntos, solo juntos, o no, en armonía, en conjunto que es, que es la vida, el todo, es alto, elevado, infinito, corazón

Sueño No. 8

Es una mierda, todo es un chiste, un juego, todo es una reverenda mierda y yo, quedado en las emociones, en el cocodrilo que intenta morderme, que cuando lo tengo enfrente no le interesa atacarme, pero se siente el muy hijo de la chingada.

Y la guerra, la guerra que responde con helicópteros de cañones más grandes que la pinche cabina, y esta guerra que entonces se suicida, el helicóptero “kamikaze”, y la ola de arena que levanta su caída, entra en los ojos, molesta en los ojos.

Y el hermano que se muere, el amigo animal que maneja acelerado y derrapa en una curva, y el hermano que muere y que se le llora y que se le grita y que se le odia por irse antes, por dejarme solo.

Ahí está el hermano otra vez, prueba inmortal, eterno odio, eterno amor, eterno tao.

Que nos lleve a los dos la chingada

Que nos lleve a los dos la chingada. Que se lleve la chingada el mundo. Que entre los dos podemos conquistar todo, que entre los dos podemos ser fieles y matar a quien se ponga enfrente, y gritar y morder y llenar de miedo el mundo y llenarnos de miedo y de muerte.

Que nos lleve a la mierda el mundo de nuevo para darme cuenta de que no quiero estar contigo, de que no quiero volverte a ver en otra vida, de que no quiero vivirme dos veces, de que no quiero vivirme en mitades, de que ya soy uno en un cuerpo, uno con el alma.

Que nos rompamos la madre otra vez, otra y otra y otra vez para ver si perdemos el miedo de enfrentarnos a nosotros mismos, para que sea muy claro que somos iguales.

Completo

"Yo estoy completamente orate"

Vi un ave, hermosa.

El animal más

bello de todos.

Tiene una cola muy

larga, sino es que

eterna, con plumas

que semejan ojos,

pintadas con el azul

de un cielo claro,

un verde selva

que inunda y tonos

arena y café

que pintan.

A los grises

Hermanos míos, me veo parte de ustedes.

Mucho tiempo les temí, y sin dar cuenta, fui humano que se creyó de su raza.

Para cuando habité el cuerpo, vi no ser gris.

Tal vez el miedo de no ser uno con ustedes mis hermanos, no miedo de ustedes.

Miedo a lo desconocido.

¿Qué era lo desconocido?: no ustedes

Hoy, conmoción en su presencia, honor platicarles, algo muy familiar y por fin algo bello; paz fantástica, compasión.

Los amo con toda mi alma y agradezco el acompañamiento.

Un despido, un “adiós, me toca algo distinto ya”.

¿Sabes?

¿Sabes? Generalmente me quiero morir, solo que hoy es más fuerte.

¿Porqué te niego?

¿Porqué te niego?

Te niego porque eres falsa, porque no existes. Porque siempre llega una tú diferente y no es una tú suficiente para calmar mi alma, no es una tu suficiente para calmar mi sed y mi hambre. Te niego porque no te entiendo y cuando te siento me siento frío, me siento solo porque no te siento en mí. Te siento rara, te siento ajena y a la otra la siento rara y ajena y a aquella otra la siento lejos distante, perfecta en un principio y ahora rara y ajena. Y entonces me canso de resolver todo en la mema y me aventuro a resolverlo en el movimiento práctico y entonces los resultados se precipitan, lastimo, golpeo, hiero queriendo lo mejor para mí, lo más nutritivo y estable, lo más pleno, y aun así hiero. Aun no encuentro una manera de ser pleno sin herirlas. Aun no encuentro la manera de ser pleno sin herirme, sin discutirme, sin contradecirme y cuando creo encontrarlo sangro por un lado y al cachar la gota antes de tocar el suelo, salpica el otro lado. Te niego porque me gustaría ser pleno sin ti, me gustaría estar completo sin ti.

Soy incompleto sin ti, no soy pleno sin ti y eso me rompe en dos.

Un ave azul y bella

Sin duda se convirtió en algo que él no esperaba.

Buscó años su libertad y tras conseguirla, abrió la celda y tomó asiento en el jardín más próximo a la prisión.

Un ave azul y bella pasó frente a él, aterrizó sobre sus patas y le vio a los ojos.

Luego él fue directo a lo que un día fue su hogar. Al entrar, cerró la puerta tras de sí y cerró cada una de las ventanas también.

Durante mucho quedó dentro de aquel cuarto y se empeñó en externar su sentir.

Un día vio el resultado; una jaula perfecta hecha de madera cálida.

Regresó a aquel parque donde algún día había sido visto por un bello pájaro a los ojos, y con jaula en mano se sentó donde aquella vez.

De pronto un ave azul y bella que volaba en los altos aterrizó sobre sus patas y le vio a los ojos.

Él dijo: Mi objetivo no fue salir de aquella celda, tampoco era irme lejos y no regresar jamás, mi objetivo no era construir esta jaula ni sentarme a hablarte. Mi objetivo siempre fue mi libertad.

Luego el bello pájaro, saltando, entró en la pajarera de madera cálida, sin puerta. Cantó.

EL EMPACHO

una galaxia

Veo una galaxia.

En el centro le palpita una luz que parece abrazar algo. Una nube blanca, cegadora.

En ceros arranca esta luz y va “en crescendo”, y abarca cada vez más de su propio cuerpo. Transforma lo que toca en sí misma, y por eso, cada vez más luz.

Al verla hoy no siento ni asombro, ni sorpresa, ni fascinación. Solo (del sol), al sentirla, paz.

Hay algunos que dicen que en la tierra no se conoce la paz, aquí afuera (o adentro) sí.