Es una mierda, todo es un chiste, un juego, todo es una
reverenda mierda y yo, quedado en las emociones, en el cocodrilo que intenta
morderme, que cuando lo tengo enfrente no le interesa atacarme, pero se siente
el muy hijo de la chingada.
Y la guerra, la guerra que responde con helicópteros de
cañones más grandes que la pinche cabina, y esta guerra que entonces se
suicida, el helicóptero “kamikaze”, y la ola de arena que levanta su caída,
entra en los ojos, molesta en los ojos.
Y el hermano que se muere, el amigo animal que maneja
acelerado y derrapa en una curva, y el hermano que muere y que se le llora y
que se le grita y que se le odia por irse antes, por dejarme solo.
Ahí está el hermano otra vez, prueba inmortal, eterno odio,
eterno amor, eterno tao.